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Martha Ramírez Ruiz |

Periodistas en tiempos de coronavirus en Puerto Vallarta

En marco al Día del Periodista, Carlos Ireti habla de su experiencia de padecer el coronavirus que también han superado otros colegas

 

Los periodistas se enfrentan a la tarea de informar sobre la crisis de la Covid-19 en condiciones de trabajo excepcionales. A los escollos intrínsecos a la profesión, como las trabas para acceder a cierta información, ahora se suman las adecuaciones a la “nueva normalidad” al ejercer el oficio, agregando al estrés propio de la profesión la carga psicológica de la enfermedad y el miedo al contagio y a contagiar.

Expuestos también a la propagación del SARS-CoV-2 en Puerto Vallarta por lo menos cinco periodistas han contraído al virus de los cuales uno de ellos debió ser hospitalizado al agravarse la Covid-19 en el HGZ 33 del IMSS, unidad especializada en coronavirus en Bahía de Banderas, en donde permaneció varias semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos: Carlos Ireti Hernández, Reyes, quien aparece a la derecha en la foto junto a los colegas Adolfo Torres y Gloria Herrera, ambos también en su momento se contagiaron, pero no tuvieron que ser hospitalizados.

Con motivo del Día del Periodista que se conmemora en México en memoria del fallecimiento en 1926 de Manuel Caballero, considerado el primer periodista en el país. Carlos Ireti Hernández Reyes cuanta su experiencia desde que sin que sea lugar común “el coronavirus nos sorprendió a todos” y como se ha ido adaptando a “la nueva normalidad” casi dos meses que se reintegró a talacha reporteril tras haber vencido al Covid-19.

Con doce años en el oficio que inicio como corresponsal de TV Azteca, Carlos Ireti recuerda que aun en tiempos del coronavirus el periodismo cumple un papel esencial en esta crisis, porque sirve como vehículo para transmitir informaciones vitales: qué conviene hacer, cómo cuidarse, qué precauciones se han de tomar, qué se permite y qué se prohíbe, cómo va evolucionado la pandemia, además de la diversidad de información.

Así como desde que se declaro la emergencia sanitaria debió modificar la forma de reportear adaptándose al trabajo a distancia haciendo uso de las herramientas tecnológicas para hacer entrevistas digitales y buscar opciones ya que en donde vive en San Vicente, Bahía de Banderas, falla la señal de internet y celular, fue a través de Sky que enviaba los audios a la estación de La Patrona en donde colabora desde hace tres años.

También se hizo selectivo para cubrir ruedas de prensa y solo acudió cuando las consideraba relevantes, eso sí tomando las conocidas medidas preventivas, como el uso de cubrebocas, gel antibacterial y que fuesen en lugares abiertos y otras precauciones para reducir el riesgo de contagio del coronavirus.

Sin embargo, para septiembre adquirió el virus SARS-CoV-2, de 41 años de edad, padece diabetes por lo que se le complicó la enfermedad al grado de que debió ser internado en el Hospital General de Zona no 33 del IMSS, en donde permaneció aislado durante más de dos semanas, con pronósticos reservados.

Al tiempo y la distancia, agradece la solidaridad que recibió del gremio periodístico que apoyo también a su familia, ya que tanto su esposa como su hijo resultaron positivos al Covid-19, solidaridad que canalizó la también periodista, Carolina Gómez, directora de noticias de La Patrona.

Le guarda enorme gratitud a una doctora oaxaqueña, Aracely López , pequeña de estatura pero de gran vocación y carácter que no permitió que le intubaran, al improvisar con un batelenguas la carencia de cánula para un respirador volumétrico inteligente «me salvó la vida», enfatiza.

Gratitud que se extiende al alcalde, Arturo Dávalos Peña que se había contacto con su esposa, Francia Primavera Esparza Carbajal, desde el primer momento, y fue Dávalos Peña por conducto de Sara María Chávez, quien la consiguió y así se logro que no fuese intubado.

Como buen reportero detalla sobre la Unidad de Cuidados Intensivos en que permaneció aislado en la cama 12 y en esas semanas vio morir a los pacientes de las camas 11, 8 y 13, mientras que pudo vencer al coronavirus y salió del HGZ-33 del IMSS en los primeros días de octubre.

Todavía pasarían semanas en que fuese dado de alta, presentando secuelas como una distracción patológica y pequeñas lagunas, secuelas que también va superando, pero  a su esposa Francia Primavera Esparza llegó a deprimirse, “fue necesario que recibiese ayuda sicológica” y como siempre o casi siempre sucede es la familia la que más padece, y los periodistas también tienen familia que les ve salir a la calle a hacer la talacha.

A mediados de noviembre, se reincorpora a la labor periodística, priorizando el trabajo a distancia, y esporádicamente a la cobertura de ruedas de prensa y otros eventos, Carlos, reconoce que sí al principio lo hizo con cierto temor, pero como el médico especialista que le atendió le indicó que tras superar enfermedad tiene anticuerpos por lo menos durante cuatro meses, no tiene miedo de continuar en la talacha reporteril, manteniendo las medidas preventivas porque “alguien tiene que informar, o no?”.

A Ireti al igual que a otros periodistas que enfrentaron al Covid-19, así como no entienden que todavía haya personas que dudad que el SARS-CoV-2 exista, hayan irresponsables que no acaten las medidas sanitarias, Carlos Ireti aún lo ve de cerca, ya que hace apenas dos días perdió a un primo que vivía en Michoacán a causa del coronavirus.