Fundadora del Centro de Integración Juvenil CIJ e impulsora de la Escuela para Padres en su gestión al frente del DIF municipal
Este martes murió Alma Ramírez Cervantes de Calderón, a la edad de 85 años en la tranquilidad de su hogar en la colonia 5 de Diciembre, acompañada de la familia que formó con su esposo, el doctor Efrén Calderón Arias. Con lo que Puerto Vallarta pierde a una ex primer dama que al frente del DIF fue una visionaria de la prevención de patologías sociales.
Familiares de Alma Ramírez de Calderón confirmaron el deceso de quien fuese la primera dama de Puerto Vallarta en el trienio 1989-1992.
Recordada también por su papel en el movimiento de la Coalición Cívica Democrática “José López Portillo” más conocido como “No lo Queremos” entre 1976-77, pero sobre todo por la labor que hizo desde la presidencia del Sistema DIF, porque dio un fuerte impulso a los talleres de capacitación a las mujeres, además de institucionalizar los programas de apoyo a las personas de la tercera edad creando el primero.
Destaca que durante su gestión al frente del DIF impulso la apertura del Centro de Integración Juvenil (CIJ) preocupada desde entonces por el problema de farmadecopendencia en esta ciudad, se propuso que Puerto Vallarta contara con un CIJ que perduraría más de allá que una administración municipal, como ha sido gracias a la gran señora que siempre fue.
Sin embargo, su intensión de traer al CIJ a Puerto Vallarta, para que los programas de prevención contra la drogadicción entre jóvenes no fuesen transitorios en el gobierno en turno, desmarcó este proyecto del DIF y promovió la conformación de un patronato con personalidad jurídica, junto a Héctor Monroy Ramírez, Enrique Tovar, Gloría Carrillo y Jorge Robles, entre otros que retomaron el proyecto con la Asociación Femenil Vallartense (AFV), creando el Patronato del Centro de Integración Juvenil en mayo del 1991.
Así lo confirma el director fundador del CIJ Puerto Vallarta, el siquiatra, Enrique Sinencio Herrera al lamentar la muerte de Alma Ramírez “gracias a ella llegue a Puerto Vallarta”, dice al indicar que fue en agosto de 1992 cuando se comenzó con la contratación del CIJ en esta ciudad, institución nacional que recibe recursos para su personal de la Secretaría de Salud.
“Fue una visionaria de prevención de la salud mental; la recuerdo dedicada a hacer el bien, yo conocí cuando era presidenta de la Asociación Femenil Vallartense y en el Patronato del Centro de Integración Juvenil, y desde la visión de salud mental podría decir que alguien como ella trabajando a favor de su comunidad es que goza de salud mental”, dijo el ex director del CIJ.
Cabe mencionar que también desde la presidencia del Voluntariado del DIF fomentó la creación de la “Escuela de Padres” e incluso trajo especialistas de otras ciudades para dar conferencias en los Arcos del Malecón, para tener mayor difusión, ya que estaba convencida que dese el entornó familiar se debe trabajar en la prevención de las patologías sociales.
Este martes a la muerte de Alma, Sinencio Herrera también recordó a la hija de la ex primer dama, de nombre Alma, quien perdió la vista a causa de la diabetes juvenil, pero que la discapacidad visual no era un impedimento para seguir el ejemplo de doña Alma a favor de la comunidad, “Alma hija fue la primer voluntaria del CIJ y me acompañaba a escuelas a dar talleres de prevención”.
Apenas el pasado 6 de octubre, Alma Ramirez de Calderón, había cumplido 85 años. Originaria de Guadalajara, llegó a Puerto Vallarta, en 1957 cuando en su viaje de “luna de miel”, junto con Efrén Calderón Arias, se hospedan en el Hotel Rosita, y conocen a su propietario, Salvador González, quien en aquella época en le propone a Calderón Arias que se queden a vivir en Puerto Vallarta ya que entonces había poco médicos e incluso le montó un consultorio al doctor Calderón.
Una mujer distinguida y elegante que también fue empresaria al establecer una farmacia.
Otra faceta de Alma fue el papel que desempeño en la histórica Coalición Cívica Democrática “José López Portillo”, movimiento más conocido como “No lo Queremos”, La convicción de Alma en el movimiento de rechazo a la candidatura de Eugenio Torres Ramírez a la presidencia municipal, la hizo continuar participando en las acciones de resistencia, aun después que su esposo Efrén Calderón Arias a la sazón le pidió desistir al considerar que ya era una causa perdida.
“Nuestro ideal fue que se respetara la voluntad del pueblo. Fue entonces que mi marido me prohibió seguir participando en las marchas con cacerolas, pero nada impidió continuar porque incluso me iba en el interior del carro atrás de la manifestación que hacían con cacerolas y con el grito permanente: “¡No lo queremos!” reveló en su testimonio que forma parte del libro sobre ese episodio en la historia de Puerto Vallarta.
“Nunca lo hice por buscar estar en el poder, Dios lo sabe y quizás por eso diez años más tarde tendríamos la oportunidad de servir al pueblo”, dijo en ese testimonial.
Y así lo hizo en su gestión al frente del DIF y en otras trincheras como la AFV y el Patronato del CIJ.
Por su voluntad será incinerada esta tarde y no habrá velorio, pero sí un triduo de misas, a partir de mañana miércoles a las 18 horas en la Iglesia de San Rafael.
La sobreviven, su esposo Efrén Calderón Arias, así como cinco de sus seis hijos: María Isabel, José Luis, Carlos Alberto, Juan Ignacio y Efrén. Y siete nietos.
Descanse en paz, una gran mujer, Alma Ramírez Cervantes de Calderón.