Tamaño de texto


Gerardo Sandoval Ortiz |

Los “valientes” de Salmerón y los letrados de “la 4T”

CONTEXTOS

Situémonos en un caserío de pescadores y agricultores, año 1974, muy al norte de Nayarit. En el transcurso del día, un camión bajó material de construcción y los bloques los dejó fuera del corral. Una noche, amanecieron frases y consignas contra el gobierno, escritas por manos nunca identificadas que poco o nada decían a los lugareños distraídos en su quehacer cotidiano.

Aquellas consignas las guardamos en nuestra memoria. Eran “vivas” a Lucio Cabañas y a la Liga 23 de Septiembre y “mueras” al estado, al presidente y a sus soldados. Por lo aislado de aquel incomunicado rincón nadie reparó en ella y quienes leyeron aquellos manuscritos en pintura fresca le dio importancia.

De la misma ranchería se supo del reclutamiento de varios jóvenes para incrustarse en las filas de la célebre «Liga 23 de Septiembre». Los padres de uno de ellos le advirtieron de los riesgos y todo se resolvió con una decisión salomónica. El viaje original a Guadalajara se cambió por una ruta “al norte”.

En los siguientes años, trascenderían acciones violentas, secuestros y asaltos a bancos de aquellos muchachos que en el norte de Nayarit “alguien” los convenció y enganchó para irse a una aventura desconocida. En alguna edición de esa revista semanal Alarma, aparecieron en fotos. Asaltaron un banco de Guadalajara y los atraparon. Nosotros no guardamos mucha memoria pero oímos con atención las pláticas de los mayores.

Los paisanos del autor, fueron de esos “valientes” referidos por el historiador Pedro Salmerón, de esos adoctrinados para que con el uso de la violencia extrema, de secuestrar y matar para cambiar el rumbo de nuestro país.

Hoy está de moda el amigo de Paco Ignacio Taibo II. El titular de ese extraño ente creado por los de la 4T llamado Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México vive su momento. Se le olvidó que no es lo mismo hablar dentro que afuera (del gobierno) y llamó “valientes” a quienes asesinaron a un empresario de Monterrey. Eso desató un escándalo mediático y el insaciable tribunal de las redes sociales que no perdona, acabó por llevarlo a presentar su renuncia.

De nuestros “valientes”, preferimos guardar su identidad. Conocemos a las familias, son vecinos, y pues no tenemos derecho a revivir viejas heridas. Supimos que solo uno de ellos logró salir con vida pero se fue al “norte” a intentar reconstruir su vida. Naturalmente, sabemos nombre y apodo. Un familiar nos relató que pudo escapar de una persecución y emboscada de un pelotón de soldados en las inmediaciones de Ciudad Obregón, Sonora. Se ocultó en los lodazales de una charca, permaneció oculto por horas, uno, dos o tres días, hasta salir a carretera y tomar un camión con rumbo al sur.

Con su ex abrupto Pedro Salmerón ha puesto de moda las apasionantes historias vidas en la corta pero intensa época de “la guerra sucia” y en la incipiente revolución de algunas guerrillas mexicanas.

Nuestro México moderno también tiene mucha historia en movimientos armados, guerrilla mexicana, urbana y rural, revoluciones sociales y grupos rebeldes. Para Pedro Salmerón México es tierra de muchos “valientes”. Debe odiar a las “brigadas blancas”, a los militares de aquel batallón que cometió la carnicería en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, todos esos gorilas que persiguieron y abatieron a Lucio Cabañas, Genero Vázquez en las sierras de Guerrero.

Salmerón acompañó a Paco Taibo II en sus recorridos por los laberínticos caminos reales de Chihuahua hurgando la ruta de Pancho Villa en los tiempos de la gran Revolución Mexicana. Por ahí hay un libro en donde comparten hallazgos del paso del centauro del Norte. Aunque no hemos leído algún ensayo histórico de Salmerón dedicados al tema del asalto al Cuartel de Madera debió de hacer sus anotaciones y en memoria de esos “valientes” a los que la historia y los historiadores, los literatos de “la 4T” los tienen en el olvido.

Confesamos que la escaramuza en el ataque a Madera es una historia que siempre nos ha atrajo el interés. La historia dice que se trató del primer acto insurreccional de la guerrilla mexicana. Hay voces que interpretan la acción como un primer acto de grupos comunistas. Esto no parece ser cierto por la sencilla razón de haber sido los autores un grupo de jovencitos adoctrinados ideológicamente pero sin previa preparación para uso de armas. Los que intentaron tomar el cuartel militar aquella madrugada del 23 de septiembre fueron una docena de estudiantes, campesinos y maestros. Se llamaron Grupo Popular Guerrillero.

“Los valientes” de Madera dejaron como llegado la fecha de su acción, también heroica para los hombres letrados de “la 4T” a quienes pocos años después se organizaron en “La liga 23 de Septiembre”. Hay diferencia entre los primeros y los de “la liga”. Los de Madera sí fueron valientes porque su acción fue genuina y temeraria. Estaban convencidos de que el gobierno represor no les había dejado otra alternativa que la vía de las armas. Algunos de ellos eran muchachos de bien, adinerados y con acceso a la educación superior. “La Liga” reclutó jóvenes ávidos por acciones extremas pero incautas víctimas atraídos bajo el engaño del reparto del pago del secuestro o el botín del robo al banco. Esa es la experiencia de los paisanos “valientes”.

En los primeros años de la década de 1980, los amigos de Ciudad Obregón, de Pueblo Yaqui, si nos piden el dato, nunca se cansaron de platicar la historia ocurrida en las faldas de la sierra. Nos hablaron de los estudiantes asesinados en Tesopaco, un pueblo en la ruta a la sierra que por sinuosos caminos se atraviesa la sierra y lleva hasta Chihuahua.

La matanza de Tesopaco ocurría casi tres años después del ataque al cuartel militar de Madera. Eran unos muchachos ninguno mayor a los 20 años que habían sobrevivo a la acción de Madera y permanecer ocultos en inaccesibles rancherías de lo más alto de la sierra Tarahumara. Pero un mal día alguien los delató. Huyendo de una escaramuza en un camino acordaron atravesar la sierra hasta bajar a Obregón. Carecían de armas para enfrentar a los soldados y ya sin pertrechos. Uno estaba herido de bala. Carecían de alimentos.

La tragedia sobrevino ya cuando de lo alto de la sierra atisbaron valle y costas. De vez en vez tenían la fortuna de recibir hospedaje y comida de rancheros. Pero el destino ya estaba escrito. Algún campesino o vaquero los vio y reportó al gobierno que ya los esperaba. Los militares fueron por ellos en un rancho. A otros los atraparon yendo a la carretera federal 15. La instrucción superior fue: mátenlos.

Decíamos de existir diferencia entre unos y otros “valientes”. Los jovencitos caídos en Sonora murieron víctima de los guachos pero desde antes fueron víctimas de quienes los iniciaron en una aventura sin salida, no probabilidades de ser exitosa. Su premio sería cambiar al país para bien de todos los mexicanos. Los “valientes” de Salmerón, muchos otros valientes que se unieron a la “Liga 23 de Septiembre”, fueron con la promesa de recibir un premio, dinero, parte del botín de sus asaltos y robos.

Aunque también es cierto, los jefes de los “valientes” de Salmerón, los ideólogos de la izquierda, comunistas o no, autores intelectuales de todas las tramas, existieron pero nunca en los frentes de batalla.

Revolcadero

Nos platicaron la siguiente historia: un vecino del fraccionamiento Palma Real está a unos metros por cruzar el ingreso pero justo ahí, que es el ingreso a San Vicente, se encuentra frente al operativo del alcoholímetro. No tiene salida y de pronto le ordenan haga la prueba del soplido. Luego la condena: Pagar cinco mil pesos de multa, para permitirle regresar a casa. Total, solo tiene que dar unos cuantos pasos más. Eran las primeras horas ya del sábado. Ya en horas de oficina, aunque es sábado, se alistan para el siguiente trámite, el de recoger el vehículo. Nos nace la curiosidad cuando hablen de ir al Ministerio Público para tramitar la liberación de la unidad. Pero bueno, estamos en Nayarit. De la representación social acá por Jarretaderas, les dicen que no es con ellos, que eso es en Valle de Banderas. Ahí en donde la puerca torció el rabo. Un empleado, lo más parecido a la barandilla del “emepe” les dice con claridad que “para empezar con el trámite” deben pagar 3 mil pesos. Les parece un robo. Reclaman. Piden una explicación. Consultan a un conocido que algo sabe de ese tipo de trámites y les confía que sí, que pareciera estarlos “invitando” a pagar una mordidita para obtener el oficio de liberación del vehículo. Total, aceptaron regresar el lunes. Se interpuso un asunto familiar y no fueron. No tenemos respuesta a la pregunta de si los cinco mil pesos que pagó el conductor por consumir bebidas espirituosas es suficiente para liberar el vehículo. En una de esas deban pagar otra cantidad mayor, aparte del arrastre de la grúa y la respectiva cuota en el corralón.****** La que no se cansa es Silvia Alvares Bustos en su lucha por una mejor vida de sus chuchos, de todas las mascotas y de cualquier animal con vida. Que, en el marco del Día Mundial de los Animales, del 4 al 11 de octubre organiza la llamada “Semana Animal”. Como es parte del mismo, ya ha comprometido al gobierno municipal para las diferentes actividades, ente las que dijo habrá una serie de pláticas, exposiciones, cine, conciertos, música y poesía, y para cierre, un Animal Party. Quién sabe si eso último será fiesta de animales o un chupe y baile de sus amos pero el objetivo es fomentar en los vallartenses el cuidado y la protección de las especies. Algunas de las sedes será el auditorio del Instituto Vallartense de la Cultura, la sala de juntas del edificio de la UMA, el Centro de Control y Salud Animal, la Sala Berenice Star de la Biblioteca de Los Mangos y el Señor Frog´s. El último que es el Animal Party es el único donde hay un cobro, 150 pesos por persona y por ser el cierre, es la noche del viernes.******* Vaya, vaya. El viernes del fin intentamos de analizar el trabajo del equipo apoya el proyecto de Víctor Bernal Vargas, la “precampaña” establecimos, pero provocamos algunas reacciones que consideramos desproporcionales. Fue un ejercicio simpe y sencillo, que en algún momento pudiera ayudar a realizar ajustes en la tarea que Víctor Bernal le ha confiado a un grupo de amigos. Pero bueno, a veces ocurren reacciones imprevistas que asombran al más pintado. No hay nada perverso ni intenciones malignas, tampoco ocultas, como las de atacar a alguien en lo personal o para descarrilar un proyecto político. Eso de prenderse el cerro, como que sí es exagerado.