CONTEXTOS
Gerardo Sandoval Ortiz
El martes 24 de marzo, el gobierno federal declaró la Fase 2 del Covid-19 y a partir de ahí, en una semana mar, tierra y cielos del país se cerraron. Bahía de Banderas y Puerto Vallarta registraron su primer y hasta hoy, único contagio eso fue suficiente para echar el resto, “declarar” una cuarentena armar por todo abril, diseñar paquetes de apoyos económicos y alimenticios y cerrar negocios.
No es toque de queda pero se ordenó ya cerrar actividades de todo tipo de embarcaciones, lanchas, pangas, yates. Las terminales portuarias y aéreas redujeron al mínimo sus operaciones pero por ser clave en cadena logística de transporte y distribución alimentaria no cierran actividades. Las pantallas del aeropuerto indican desde ayer la frase “cancelled” a todos los vuelos programados para miércoles 01 de abril. Vuelos de Los Angeles, San Francisco, Denver, Dallas Houston, San José Phoenix, Chicago, Portland, Toronto, inclusive, vuelos domésticos de la capital del país, Aguascalientes, Guadalajara, se cancelaron.
Puerto Vallarta tiene descanso total. A partir del sábado pasado, cuando el presidente de la república se animó a pedir ya no salir de casa como el método más efectivo para detener el frenético avance del Covid-19 por territorio nacional, los escépticos iniciaron el éxodo de las calles y a regañadientes se refugiaron en casa.
Las cifras han sido escalofriantes. Cada cuatro o cinco días se duplican las cifras de contagios. El jueves 27 de febrero se registró el primer mexicano contagiado por el coronavirus. Debieron transcurrir varios días con ese único caso pero tres semanas después, el jueves 18, la cifra alcanzó los 118 casos. Los sospechosos ya eran cientos. Una semana después, la cifra se situó en 405 y para el último día de marzo, ya este martes 31, los contagiados sumaron 1 mil 215. Todos los casos confirmados por la Secretaría de Salud del gobierno federal, la dependencia que todo controla en el tema y registró 29 muertos. Los “sospechosos” de las autoridades sanitarias se acercan a los cuatro mil.
No hay toque de queda ni mucho menos vivimos un estado de sitio, momentos de excepción. El aislamiento social, quedarse en casa, es hasta hoy recomendación y decreto gubernamental. Quizá cuando se disponga la Fase 3 vamos a vivir la crudeza de una verdadera pandemia.
Al caer la tarde del viernes 27, se hizo oficial un rumor que corrió en el transcurso de ese día. En Tomatlán murió una señora. Las alarmas se incendiaron en Puerto Vallarta por la versión de que la fallecida había pisado calles de la ciudad en su paso de Estados Unidos al vecino municipio. Ese fin de semana, los habitantes de Tomatlán vivieron un “encierro” obligatorio y algunos reclamaron por sentirse en cautiverio sanitario.
Ya esta semana, el gobernador del vecino estado de Nayarit, Antonio Echevarría García debió salir a dar a conocer. Se guardó detalles respecto a la entidad de la paciente que le puso número negro a las estadísticas del Covid-19. La fallecida. Ya de edad avanzada resultó ser nativa de la ranchería La Guásima. Es una comunidad cuyo número de habitantes ronda el millar y se halla a orillas de la carretera estatal que va de la carretera federal 15 a Milpas Viejas. La Guásima es del municipio de Acaponeta pero está más próxima a Tecuala. Sus habitantes protestaron en silencio cuando desde la noche del martes policías estatales y de Tecuala y Acaponeta, apoyados por personal de Protección Civil de las dos municipalidades, se apostaron en los ingresos y cerraron el paso. Con sus patrullas cerraron las seis salidas a la carretera y todos los callejones sacacosechas que llevan a las parcelas.
Tierra de muy buenos amigos, como la familia Arteaga Rodríguez, fundadores de la legendaria Carnicería Wakakari que por muchos años operó en la calle México, en La Guásima sus habitantes se incomodaron por la atención y la fama caída sobre la comunidad por ser residencia del primer fallecido por Covid-19 en Nayarit. Los habitantes son lugareños que de por vida han sabido disfrutar de total libertad, sin prohibiciones para salir y entrar a sus casas. Sin embargo, se sometieron a los rigurosos escrutinios médicos y aceptar una ya obligatoria cuarentena.
En Puerto Vallarta, también en Bahía de Banderas, en todas las comunidades y colonias todavía podemos disfrutar de una relativa libertad. El llamado es quedarse en casa y no salir a la calle a menos que sea por extrema necesidad o actividades esenciales. Ha habido disposiciones, ordenamientos y hasta un decreto del gobierno federal en donde cada uno en sus respectivas atribuciones pidió poner un alto a las empresas. El decreto del gobierno federal es explícito: se ordena suspender de inmediato, a partir del lunes 30 de abril, y hasta el 30 del mismo, de todas las “actividades no esenciales”. Es la estrategia para mitigar la dispersión y transmisión de lo que ellos llaman el SARS-CoV2.
Se explica lo que se debe de entender “actividades esenciales”: las que son directamente necesarias para atender la emergencia sanitaria, la rama médica paramédica, administrativa y de apoyo a todo el Sistema Nacional de Salud. También toda la cadena de abasto, servicios y proveeduría, producción y distribución, como por ejemplo farmacias, tecnologías, insumos. Se incluye los cuerpos de seguridad y protección ciudadana, procuración e impartición de justicia, limpieza. También empresas financieras, oficinas de recaudación tributaria, gas, agua potable, abarrotes, mercados, de transporte público, ferreteras, agroindustria, etc.
Lunes, martes y miércoles la actividad pública sufrió una sensible baja. Los últimos dos días vehículos del gobierno municipal recorrieron los rincones para pedir guardarse en casa. Aunque se notó cierta actividad, la orden llegó hasta a los lancheros de Mismaloya y Boca de Tomatlán para hacer un alto temporal. La ausencia de vehículos rodando por las calles del centro de la ciudad permitió ver el brillo de los empedrados. El gobernador Enrique Alfaro ordenó desde Guadalajara, este miércoles primero de abril, el cierre de las playas, destinos de montaña, pueblos mágicos. Y a quienes tenían planes de venir a Puerto Vallarta, les avisó: no vayan, y no cometan el error de pensar que las codas van a estar como si nada”.
Si, vienen tiempos difíciles para la ciudad y sus habitantes. Para muchos, se asemeja al asomo de una nueva era apocalíptica. Un pueblo, ahora una ciudad como es Puerto Vallarta, acostumbrado desde que nació, en la nada, que construyó los cimientos de su sociedad frente a las más formidables adversidades, que ha enfrentado y ha sabido levantarse, renacerá de sus cenizas para vivir luego nuevos tiempos de bonanza.
Aislamiento social, encierro, cuarentenas, todo sacrificio, y se incluye días de guardar, cuatro semanas de restricciones, vale la pena si se trata de mantener el resto. El resto es lo que viene, jauja pura.
Revolcadero
Así de drástico se redujeron las operaciones en el aeropuerto internacional Gustavo Días Ordaz. El sábado 21 contamos un registro de 14 arribos entre las 12:25 y las 12:48 horas. El siguiente día, ya el domingo, entre las 12.25 y las 13:10 observamos 11 aeronaves grandes y una avioneta. Este último sábado 28 de marzo 12:05 y 13:15 nuestro conteo personal fue de apenas 4 vuelos. Ya este miércoles 01 de abril, justo a las 14:02 horas, solo avistamos una nave, por cierto a una altura mayor a la normal, que por ello le pusimos atención y pasó de lejos. Su destino fue otro. Aunque técnicamente el aeropuerto se mantiene abierto, por eso de mantener la cadena de producción, transporte y mantenimiento alimentario. Será para mejores tiempos, no antes de un menos, daremos la bienvenida a esos pájaros de acero que en temporada suelen llegar de tierras tan lejanas como las islas del Reino Unido y más allá.****** El gobierno municipal ya anunció planes de apoyo alimentario, de entregar siete mil 500 despensas, que abrirá los aguamáticos para llenar gratis garrafones de agua de calidad óptimo para consumo humano, que no restringirá agua ni cobrará reconexiones, que dispensará multas y recargos y dará muchas otras facilidades a los vallartenses. El gobierno estatal está en la misma sintonía. Pero es notorio el reclamo de muchos vallartenses que esperaban consideraciones del gobierno federal, de la CFE, y todo lo contrario, la CFE se muestra más agresiva con los usuarios locales. En espera de que Don Santo Amlo, haga algún anuncio espectacular, que salga del encajonado llamado “no salga de casa”, y anuncie apoyos millonarios, se nos ocurre plantear que entre los más apremiante, es por lo menos alguna prórroga en el cobro de los recibos de consumo de luz. Hay malestar porque en plena crisis, sanitaria y económica, llega más caro el recibo del cobro. Así como López Obrador pidió una tregua a Felipe Calderón, bien hará si ordena a la CFE dar una tregua de por lo menos un bimestre a sus usuarios. Sin trabajo, sin ingresos de muchas familias, es criminal que por falta de pago le corten el servicio a las familias. ******* Hagamos público la breve historia de un amigo. Sin trabajo, nos llamó para comentarnos qué hacer ante el ofrecimiento de una chamba inmediata en una tienda Oxxo por abrir. La paga, aunque es semana, anda por ahí en 200 pesos por día. En su chamba normal, recibe una paga de entre 400 y 500 pesos por día. Es en una residencia de la zona de Conchas Chinas pero si no se ocupe o se renta, no es llamado a trabajar. Naturalmente no hay renta, todo se canceló y no tiene chamba. Le proponen firmar contrato de tres meses. Por eso lo pensaba. “acepta la chamba y ponte a trabajar”, le recomendamos. Total, si lo llaman de la residencia, al incumplir al contrato trimensual, no será mucho el dinero al que renunciará. Entendió que la crisis no será de un mes, será más prolongado. Otro caso. Un exgobernador de un estado norteño, canceló sus vacaciones, programadas para más de un mes, en una de sus propiedades, también al sur de Puerto Vallarta. Ahí, por lo menos no despidieron a sus pocos empleados.